martes, 3 de junio de 2008

Educación Parvularia: camino a una educación inclusiva


Columna de opinión:Orieta Burgos Hermosilla, Directora Regional de JUNJI


La educación parvularia ha sido declarada en nuestro país como prioritaria; primordial en todo niño o niña, cualquiera sea su condición racial, de género o socioeconómica, transformándose en una tarea trascendental y de vital importancia para quienes tienen necesidades educativas especiales derivadas de alguna discapacidad.

La educación especial así lo expresa, lo que se ha traducido en diversas acciones institucionales que han llevado a la creación de políticas conjuntas entre las unidades de educación especial y educación parvularia del Ministerio de Educación. Las bases curriculares de la Educación Parvularia, hoy señalan la importancia de la detección y satisfacción de las necesidades educativas especiales que, de manera transitoria o permanente, presentan algunos niños y niñas.

Al respecto, creo importante destacar que esta educación inclusiva nace del convencimiento en que el derecho a la educación es un derecho humano esencial, base de la construcción de una sociedad democrática y solidaria, centrada en todos los niños y niñas de nuestro país, prestando especial atención en aquellos que tradicionalmente han tenido dificultades de ingreso a la educación, es decir, niños pertenecientes a minorías étnicas, inmigrantes o que presentan necesidades educativas especiales o discapacidades.

Para cumplir con estos objetivos, ha surgido el modelo social de la discapacidad, que señala que el problema no sólo es producto de la discapacidad de la persona, sino de la interacción de ésta con el medio, con el entorno; donde la sociedad tiene responsabilidad en las dificultades que enfrenta, ya que presenta barreras culturales, arquitectónicas; barreras a la participación y al aprendizaje.

Este nuevo modelo es un proceso, que tiene como características ser sistémico, integral, interdisciplinario, ya que educar a niños con necesidades especiales implica una fuerte relación con las familias como apoyos naturales, con profesionales especializados y recursos de apoyo; para lo cual se han creado alianzas con padres, madres, familias, educadores, servicios de salud, organismos públicos y organizaciones comunitarias, que permitirán que niños y niñas estén activamente involucrados en dar sentido a sus experiencias, y donde el rol del educador es concebido como un facilitador; un mediador que permitirá que un grupo diverso de niños se eduquen juntos, trabajando cada uno a su ritmo.

En este nuevo modelo de educación inclusiva, no todos los niños y niñas parten del mismo punto, lo cual significa flexibilidad; una de las características del marco curricular de Junji, que permite adaptaciones a nivel de establecimientos, de aulas y de los niños, planteando nuevos desafíos que permitan cumplir con una de las metas del Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, instalando un sistema de protección social a la infancia, que brinde igualdad de oportunidades a todos nuestros niños y niñas, desde la cuna.

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